Una mañana podrías abrir los ojos y, luego del primer café, descubrir que estás en medio de un juego demasiado peligroso para tu pálida y frágil desnudez....

sábado, 16 de marzo de 2013

“EN EL TIEMPO DE LA BALA Y LA SALAMANDRA”, PRESENTADA EN COLOMBIA.

A lo largo de enero y febrero del 2013, la novela “En el tiempo de la bala y la salamandra” fue llevada a Colombia.

Invitado por la gloriosa y combativa Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo de Colombia – USO, el autor, Vladimir Carrillo, entregó esta obra a los lectores, trabajadores y Movimiento Sindical en general.

Realizamos presentaciones en Bogotá (Biblioteca Nacional de Colombia), Barrancabermeja (Edificio Raúl Eduardo Mahecha, sede nacional de la USO) y Cartagena de Indias. Todos los actos se hicieron en el marco del 90º Aniversario de esta organización sindical, que agrupa a los trabajadores petroleros de Colombia.

El viaje ha sido emocionante, intenso… y entre nostálgico y evocador. Las últimas semanas hemos recibido muchísimo cariño de la gente (mis queridísimas amigas Carrillo, los compañeros de las organizaciones, mis entrañables camaradas, etc.). Esta entrada del Blog está, principalmente, dedicada a dar las gracias a todos/as por las bellísimas experiencias vividas. De igual forma llevaremos desde siempre en el corazón y el pensamiento a todos/as los integrantes de esa valiente y viva organización… La mítica USO. 

La obra “En el tiempo de la bala y la salamandra”, además, ha sido extraordinariamente bien recibida y acogida. Durante los días en que duraron los actos por el 90º Aniversario, fui llamado junto a otras personas para recibir un reconocimiento por el pequeño aporte a la memoria del Movimiento Sindical. Mil gracias a todos… Aquel momento tan especial me conmovió hasta lo más profundo. Fue como un verdadero viaje hacia mis raíces el instante en que el viejo dirigente de la USO, y actual miembro de la Central Unitaria de Trabajadores y el Polo Democrático Alternativo, Gustavo Triana, me entregó aquel reconocimiento. Casi 20 años después de verme en mis titubeantes pasos de estudiante en la ciudad de Bogotá.





















 Reconocimiento entregado al autor por la USO – Colombia.

Tengo un recuerdo especial para el Profesor Renán Vega Cantor de la Universidad Pedagógica Nacional, quien fuera una mis fuentes consultadas en la elaboración del manuscrito original.

Tuve el enorme privilegio de ser presentado por el Profesor Vega en el acto hecho en la ciudad petrolera de Barrancabermeja. Su descripción del contenido y el estilo de la obra fue tan preciso que todavía me resuena en la memoria. Muchas gracias... Ese mismo día el portal “Rebelión” publicaba un artículo suyo con motivo de los 90 años de vida de la USO. Éste es el enlace a aquel artículo de este investigador comprometido con la memoria y las luchas sociales en Colombia.

El siguiente video es un reportaje realizado por Semanario Obrero, con motivo de la celebración de los 90 Años de la USO – Colombia. Contiene el video institucional “USO 90 Años. Construyendo soberanía y dignidad”, con apartes importantes de la historia de esta organización.

Parte 1.
 
Parte 2.




Las siguientes fueron algunas de las ideas comunicadas durante los actos de presentación de la obra…

En la nostálgica y deliciosa Bogotá, la soleada y petrolera Barrancabermeja y la caribeña, histórica y bellísima Cartagena…


Esta novela hace parte de una investigación en la que estuve trabajando cerca de dos años, sobre los hechos que rodearon el secuestro del dirigente sindical de Colombia Gilberto Torres, por parte una organización narcoparamilitar. Autodenominada Autodefensas Campesinas del Casanare. Las ACC. Que eran uno de los sectores, una de las facciones más ricas y poderosas, del conjunto de ejércitos paramilitares que han existido en Colombia.






















Rueda de prensa anterior al acto de presentación de la novela en Bogotá. Desde la izquierda: Domingo Tovar (Presidente de la CUT), Gilberto Torres (Protagonista en la vida real), Vladimir Carrillo R. (el autor) y Rodolfo Vecino (Presidente Nacional de la USO – Colombia). 

¿Por qué una investigación da, o termina siendo una novela? Existen varios factores: En primer lugar desde el principio de las indagaciones, de la reconstrucción de los hechos, se hacían demasiado evidentes una serie de grandes interrogantes que rodearon todo lo ocurrido. Sólo para empezar: las posibilidades de salir con vida de un secuestro paramilitar son, ciertamente, poquísimas.

 

Intervención de Rodolfo Vecino, Presidente Nacional de la USO - Colombia, durante la presentación de "En el tiempo de la bala y la salamandra" en Bogotá. 24 de enero del 2013.

Al empezar a aclarar y llenar todos esos vacíos, que exigían ir mucho más allá que el solo diseccionamiento del testimonio de la víctima, se empezaron a revelar unos aspectos verdaderamente perturbados en la naturaleza de estos acontecimientos y en la actuación de los protagonistas de esta historia.

Todo esto planteaba unas necesidades nuevas. Unos retos mayores, para poder contar esto de una manera que, muy sencillamente, nos permitieran llegar a un público mayor. Un público no sólo interesado en el estricto trabajo científico o la descripción cronológica apoyada en estadísticas, junto a pruebas y perfiles psicológicos.

Se podía, y de hecho se pudo, ir mucho más allá. Acudir a unos lectores que también buscaran una exploración de los dramas y emocionalidades humanas, desde otros ángulos. Contar desde la literatura, es decir novelar esta increíble historia, iba a permitir darle una dimensión completamente nueva. Permitiría abordarla, no con una profundidad mayor, pero sí con una profundidad nueva.  

Éste es un ejercicio que, muy humildemente, pretende inscribirse en lo que algunos llaman una literatura comprometida con el Viaje del Sujeto y el cambio de su Realidad.



Apartes de la intervención del autor, Vladimir Carrillo R., en la presentación de la obra en Bogotá. 24 de enero del 2013.

Un experimento como éste permite incursionar, de una manera además que puede resultar peligrosa, en los insondables territorios de la psiquis. Tanto en la psiquis del prisionero que espera la muerte a cada instante, como en las de los asesinos.

Y aquí está uno de los ejes fundamentales de la novela. Los acontecimientos se cuentan desde dos ópticas. Se cuentan desde dos medidas del tiempo y el espacio, independientes pero entrelazadas. Uno de esos tiempos es el de la “Bala”. Es la historia de recuerdos que vienen y hechos que están pasando en el “presente” de estas páginas.

Un libro que pretenda contar historias es como una fotografía donde la vida y las cosas están pasando “siempre”, donde el tiempo se reinicia para vez que el libro es leído o abierto. En resumen, la “Bala” es el tiempo de los acontecimientos que llevan encima toda la terrible carga de la objetividad y la amenaza psicológica de la literalidad y la inmediatez.

Pero en la novela transcurre un segundo tiempo: el tiempo de la “Salamandra". Que también son la llegada de recuerdos y hechos, tan fantásticos y desviados como los de la realidad, pero que están pasando en la cabeza de la víctima. Esta trama implica a los hechos desde el mundo de las subjetividades, las representaciones inconscientes, la realidad moldeada por la potencia de la psiquis…

Esto significó un experimento fascinante, que implicó muchas horas de desglose, análisis de discurso, pruebas e incluso psicoanálisis. La exploración y análisis de la psiquis guarda una relación muy íntima con la literatura.

La literatura permite abordar… acercarse al inconsciente. Todo mediante ese modelo, que mezcla a la clínica y la cultura, donde una sucesión de circunstancias psíquicas incognoscibles, pueden terminar simbolizándose. Las pulsiones que el consciente intenta reprimir pueden no ser "sueños o fantasmas". Pueden exteriorizarse en un lenguaje coherente a través, por ejemplo, de la literatura.
















Acto de presentación de la novela en la ciudad de Barrancabermeja. En el fondo y desde la izquierda: Javier Gutiérrez (Presidente de Ecopetrol), Hernando Hernández (Expresidente de la USO Nacional), Clara López (Candidata a la Presidencia de la Republica por el Polo Democrático Alternativo), Gilberto Torres (Exdirigente sindical de la USO), Vladimir Carrillo (el autor) y Profesor Renán Vega (Universidad Pedagógica Nacional) 

Una aproximación psicoanalítica a la realidad social, mediante la literatura, sirve en primer lugar para plantear una crítica nueva. No despegada, pero sí independiente de lo estrictamente político y militante.  Como dijera el Dr. Lacan, en el texto literario se actualizan las emociones del Sujeto, al poder ver en la novela sus propios deseos y miedos en forma de espejo, de la experiencia de un tercero.

En este caso concreto, se toman elementos engrandecedores y demoledores de la Realidad, incluso elementos míticos, y con ellos se presenta un tejido conceptual nuevo. Lo que es un principio casi fundacional del Psicoanálisis: tomar mitos para renombrar fenómenos propios de la clínica. Eso a su vez lleva a una crítica de la Realidad soportable y más digna para el Sujeto. Porque rescata lo que la lógica estructural, objetiva, le niega.

Hay otro elemento: ¿Existe algo que reivindique más al Sujeto que su propia narración?, ¿que el Sujeto narrado? Me permito afirmar que no existen demasiados escenarios con cargas eróticas tan fuertes, como el texto que confirma la lucha primaria del Yo en relación al todo.



















Dirigentes de la USO (años 80 y 90), unidos en fraternidad, cantan La Internacional

Es más: La gran carga erótica que se evidencia de la Fraternidad más fecunda entre humanos, no sería visible sin la anterior reivindicación del Yo narrado. Y en este caso un Yo que ciertamente alucinó, vio y protagonizó su propia muerte en este relato.

Este libro cuenta un intento de asesinato (y tenemos al principal testigo con vida), pero en realidad es una historia basada en ese intento de asesinato. Porque este ejercicio va más allá, aborda las cosas desde dos tiempos: la bala y la salamandra.

El principal argumento es que la narración existe en el espacio-tiempo, desde dos direcciones: como descripción y como deconstrucción y reconstrucción de la Realidad.

Por otra parte (como en este caso), el relato puede hacer revelaciones e incluso dar conclusiones sobre algo. Pero ante todo la historia novelada es reinterpretable. Lo es en la medida que avanza, que viaja desde la oscuridad a la luz… Y más en un caso como el que pretende ser éste: una narración como viaje, pero igualmente como investigación.


















Intervención del Profesor Renán Vega (Universidad Pedagógica Nacional), durante la presentación de la obra en Barrancabermeja (Sede Nacional de la USO – Colombia). Febrero del 2013.

Añadidamente, "En en el tiempo de la bala y la salamandra" es una obra de nuestra época, surgida de este presente. Es una novela post fin de las metanarraciones. En este terrible conflicto, donde estamos debatiendo si el decreto, la pesadilla posmoderna, está tocando a su fin. Surgida en medio de las más graves preguntas sobre si la libertad, vida, el mundo, etc., son o no una mercancía. Sobre si el totalitarismo toma nuevas formas. Sobre si lo público y el ejercicio político real han terminado. Este relato está encuadrado, de forma muy dura, en esos terribles interrogantes de nuestro momento histórico. Durante los delirios del cautiverio, se escapan críticas filosóficas en ese sentido.

















Intervención del Exdirigente de la USO Gilberto Torres (protagonista en la vida real de la novela), durante la presentación de la obra en Barrancabermeja (Sede Nacional de la USO – Colombia). Febrero del 2013.

En medio de todo esto, el libro busca hacer lo que las artes, entre ellas la literatura, están llamadas a hacer desde la antigüedad: buscar la emancipación del Individuo mediante la denuncia del Desfase, la distancia entre la conciencia y la experiencia. Lo que vemos y lo que nos gustaría ver.

La denuncia del Desfase es algo que tiene que ver con descifrar la Hermenéutica del Sujeto. Esto puede marcar el tránsito entre la Represión – Pulsión y la Representación Simbólica – Cordura. Como dijera el gran Kant, para crear ciencia y arte no es suficiente una sola lectura del mundo y la Realidad. Además hace falta que el Sujeto transcienda sus variables, para poder reinstaurarse en el mundo. Generar una hermenéutica que contenga sus libertades y una inmanencia en sus propias cargas simbólicas… una nueva fisonomía de la consciencia. Es esto lo que otorga al individuo sus merecidas medidas de Soberanía y Dignidad.

Las cosas, tan sólo presentadas atenazan al Sujeto. Las cosas re – presentadas podrían emancipar al Sujeto. 

En este sentido el trastorno mental se muestra como “trastorno de la representación simbólica”. Una Realidad aterradoramente despojada de su sentido.   

En el fin de todo: esta es una pequeña defensa de la conciencia y una insurrección contra una experiencia que condena al protagonista en el primer instante.



















Manifestaciones obreras en los años 80 y 90, convocadas por la USO.

La experiencia del Sujeto gira sobre sí misma en círculos cada vez más cerrados. Hasta que los mandatos e imperativos de toda clase de dispositivos de seguridad, hacen que nuestra vida sea de renuncias y desaparición de las más sagradas expectativas. Es decir de aquellas en que las utopías tienen una mínima probabilidad estadística. Hay un estadio en que la experiencia no protege al Sujeto, sino que le condena a un dolor sin fin. Un sufrimiento de una naturaleza, además, absurda y ridícula. Se llega a un momento en que la experiencia no es un reflejo de nada en absoluto, y no resulta eficaz para articular el hecho de vivir. Un instante donde sólo impone el imperio del desprendimiento y los desafectos. Éste es uno de los dramas de esta época sin edad, donde la Historia juega en nuestra contra. Es esto a lo que un científico del Sistema Artificial de Vida, la sociedad, puede llamar un real punto de inflexión. Una crisis de predicción en los sistemas teóricos e hipótesis sobre los que un día se empezó a construir la sociedad.

El problema no es simple. En los días del miedo los ciudadanos no necesitan con frecuencia ser destronados de su centro por la fuerza. Estos mismos huyen despavoridos. La renuncia del Sujeto a ser el centro de irradiación ontológica, está directamente relacionado con la imposibilidad de trascender unas variables fuera de control. El presente se convierte en algo eterno, la amenaza en inamovible. Ya no se permite usar el conocimiento para interpretar y abstraer la Realidad, sólo para manipularla. En base al secuestro de unas voluntades atrapadas en sus propias sentencias históricas. Algunas tan antiguas como la misma Historia escrita. Imaginar se convierte en un sacrilegio.



















Pintada aparecida en las calles de Barrancabermeja.

¿Pero dónde y cómo funciona este mecanismo fundamental de la Ingeniería Social? Su origen no está en la investigación pura, sino en las ciencias aplicadas. Desde los valores de eficiencia, productividad, sacrificio y “lealtad” a un “ideal” corporativo, hasta los ultraavanzados conceptos de equipo y unidad productiva de alto rendimiento. Un cúmulo amplísimo  de conocimientos técnicos, que han implicado desde las tecnologías de la información y control de procesos hasta la Psicología y la Clínica. En el papel de última razón práctica siempre ha estado mantener al Sujeto como parte integrante y móvil de un Sistema, sin que importe de qué Sistema se trate.

La verdadera sacralidad, inmersa en lo más íntimo del proyecto moderno, ha residido en el culto a la Estructura.

Y nuestra verdadera barbaridad ha sido saber desde el principio que la Estructura sólo podía aspirar a tener ejes estratégicos y articulaciones principales. Pero que, de ningún modo, podía garantizar a nada ni nadie ser el centro de sus preocupaciones. Al individuo no le quedó otra opción que la huida mental, cuando logró constatar que el Sistema devoraba sus propias contramedidas de emergencia. Esas contramedidas, por otra parte, están igualmente colmadas de nuestras leyendas y mitos, colectivos y profundamente urbanizados. Esto es algo fácilmente constatable en los partidos políticos y el movimiento asociativo y sindical; en las tendencias ideológicas y las escuelas filosóficas, etc. 

En ocasiones esas leyendas tienen, como se puede deducir de todo lo anterior, un origen mítico y un desenvolvimiento violento. Un verdadero rosario de leyendas sobre héroes fundadores, con frecuencia, asesinados.
















Dirigentes sindicales de la USO cargan el féretro con el cuerpo de Manuel Gustavo Chacón, asesinado en enero de 1988.

Abordar todos los aspectos de esas muertes míticas y su relación con nuestras estructuras organizativas se convierte en una cuestión vital. Este entramado de claridades, certezas y oscuridades encierra muchas de las claves de nuestra personalidad colectiva. Describe muchos de nuestros imperativos psicosociales, que adquieren peso en momentos en que una especial coyuntura demanda soluciones a un conflicto. O respuestas a terribles problemas filosóficos, que las instituciones nunca llegan a resolver, sino que están sucediendo “siempre”.

Aquí es donde la cultura, y sus dispositivos, tienen que acudir en defensa del humano – ciudadano. 

 






























Placa conmemorativa de los 80 años de la USO (2002). Y en homenaje a Raúl Eduardo Mahecha, su fundador. Entrada principal a la Refinería de Barrancabermeja – Colombia.  

Ustedes tal vez se preguntarán: ¿Por qué era necesario hacer esto, por qué seguir este camino? Y bueno, la respuesta no está en la víctima sino en los sujetos que pretendieron matarle. Aquí está uno de los debates más inexplorados, incluso más rechazados, entre los que alguna vez hemos tenido algo que ver con esa guerra fratricida que cada día se libra en Colombia. Y que hace necesaria una pregunta. Una pregunta que surca de manera más bien sugerente toda esta novela: ¿Podemos, ya no sólo los colombianos/as, sino el resto del mundo, prescindir de una mirada clínica y filosófica  al estudiar, no únicamente el hecho violento, sino a las mentes que protagonizan esta guerra?

¿Cuándo nos vamos a parar frente a un espejo para mirarnos?

 

Intervención del Presidente de USO - Cartagena, ante los trabajadores, con motivo de la presentación de "En el tiempo de la bala y la salamandra".  

Preguntas con una carga, incluso existencial, tan fuerte, hacen necesaria la intervención de las artes. Entre ellas la literatura. Porque son las artes el vehículo social con que se denuncia y alerta sobre esas rupturas tan graves en el seno de una sociedad.

¿Cuándo vamos a asumir el debate sobre si los hechos de esta guerra pueden, admiten, sólo un tratamiento político – jurídico, sin la autoridad de un diagnóstico y un tratamiento clínico?            

¿Por qué estoy diciendo esto?

Porque, los hechos que se cuentan aquí, se suman muy fácilmente a otras miles de historias de esta clase que han ocurrido en ese país (sólo con la excepción, muy importante, de que la víctima, en este caso, volvió con vida). Pero los que se cuentan aquí, ocurrieron en un espacio geográfico pequeño del país. Un lugar de encuentro entre los Andes y los Llanos Orientales, el Departamento del Casanare. En ese territorio se dieron varias cosas: la presencia de unas riquezas naturales tremendamente grandes, que durante décadas han convivido con grandes proyectos agroindustriales y con el negocio del narcotráfico, que no ha dejado de florecer ni un solo día de los últimos años. Para proteger y articular esto se instituyó el recurso de la guerra abierta, la desaparición forzada, la conquista militar de grandes extensiones de tierra y la guerra psicológica más generalizada sobre la población civil.

El mecanismo represor fue esa simbiosis, de la que muy poco a poco se conocen sus verdaderas dimensiones, entre el Estado y sus Fuerzas Armadas y los ejércitos paramilitares de extrema derecha. Que fueron financiados directamente, y esta novela hace parte de esa denuncia por este caso concreto, cuyas pruebas son espeluznantes; por grandes compañías multinacionales, como la BP. Incluida la compañía petrolera de mayoría estatal Grupo Empresarial Ecopetrol S.A., que en este momento es un gigante corporativo.


Intervención del exdirigente de la USO Gilberto Torres ante los trabajadores petroleros de Cartagena de Indias – Colombia, con motivo de la presentacion de la novela.

Todo esto se articuló en torno a tres negocios: la tierra (como principal botín de guerra de los ejércitos paramilitares), el narcotráfico (como sin duda el principal negocio de las familias del hampa en esa región y del resto del país) y el petróleo (como principal factor geopolítico).

Ahora bien, esos ejércitos paramilitares, antes mencionados, no centran su peligrosidad única y exclusivamente en la capacidad que tuvieron de ejercer funciones de Estado en sus territorios. Es decir, efectivamente, lograron ocupar territorios, administrar su justicia, cobrar por seguridad, grabar con sus propios impuestos tanto a pequeños empresarios como a grandes empresas multinacionales (que más temprano que tarde pasaron a ser casi sus socias necesarias). En fin, no sólo es que hayan creado un Paraestado, sentado en la industria del crimen organizado, es que además lograron incidir en la construcción de la subjetividad de las poblaciones bajo su dominio. En esa región hay pequeñas poblaciones a las que casi se les ha borrado la memoria colectiva.

 












Alias Martín Llanos en el momento de su llegada a Colombia desde Venezuela, donde fue capturado en el 2012.

Pero es que además sucede que los máximos jefes de esas organizaciones, como el que dio la orden final para la operación de secuestro y asesinato de Gilberto Torres, Héctor Buitrago, alias Comandante Martín Llanos y su corte de psicópatas confesos; son individuos cuyo estado de cordura y salud mental, estremecería a cualquier psiquiatra.

Estamos hablando de que el hombre que tenía bajo su mando al Paraestado y ejército paramilitar conocido como las ACC; un individuo que podríamos calificar como una verdadera muestra de ese nuevo líder y militante propio, natural, de infinidad de lugares del mundo donde la muerte se ha reconciliado y engranado con la lógica de nuestro modelo de desarrollo y crecimiento. Un modelo (a fin de cuentas bárbaro) que ha destituido al Sujeto de su centro y le despoja de más y más dimensiones ciudadanas, permite, implica el surgimiento y el triunfo de individuos de esa clase.

Y no es que sólo estemos describiendo al prototipo típico del mafioso o empresario de la guerra. O incluso en un nivel mayor de sofisticación, de una mezcla del Superhombre, básicamente hombre, que aterró al gran Nietzsche más el Hombre Masa que atormentó al Maestro Ortega y Gasset. Un sujeto perturbado, surgido desde el individualismo, que tarde o temprano atacará a bala limpia y desde su lógica aldeana, a todo lo que se oponga a su zafiedad y pragmatismo más vulgar. Describimos una verdadera corriente antimoderna. 


Pero una corriente hecha desde lo patológico. Que recreo, como si tratara de un entorno contaminado, a individuos que elevaron a Credo la idea del hombre que se defiende atacando, que elimina al distinto y trata a la disidencia, desde el poder, como si fuera un asunto de sanidad pública. Que otorga legitimidad sólo a su lectura y parcela de la Realidad, incorporando todos los valores de la eficacia, el sacrificio y la uniformidad; de una sociedad androcentrista, burguesa, etc. Con un discurso extremadamente nacionalista y patriótico.

Desde aquí podemos afirmar que no se trata  sólo de criminales que hayan roto levemente con las prohibiciones que permiten que la sociedad exista. O de sujetos con un simple Síndrome de Hipermasculinidad o un Síndrome de Temeridad Excesiva. No. Estamos hablando de que las cabezas de organizaciones armadas que ejercieron funciones de Estado en distintos territorios, cumplen con todas las condiciones para ser considerados Sociópatas verdaderos.

En el caso de Martín Llanos Comandante de las ACC, los datos disponibles hablan de masacres  y asesinatos con cierto contenido ritual, expresado incluso en una fiebre de limpieza social dirigida hacia la izquierda. De prácticas de canibalismo durante los entrenamientos de tropas. Se considera que Martín Llanos es el responsable directo de algo más de 10 000 muertes y 11 000 refugiados de guerra. Más las víctimas de sus hombres. Y por supuesto las miles y miles de víctimas generadas por el tráfico de drogas hacia Europa y los EE.UU.

En esta época en que estamos es difícil hacer el esfuerzo mental para llegar a visualizar la mente de alguien responsable de 10 000 asesinatos. Tenemos que considerar un posible error de planteamiento muy grave, incluso desde las víctimas: los máximos jefes de las ACC, por citar sólo este ejemplo, que están hace poquísimos meses en la cárcel, están recibiendo un tratamiento jurídico. Estamos tratando con leyes que fueron producto de negociaciones políticas, corrompidas desde dentro, pero políticas a un Asesino en Serie.  Cuando sabemos muy bien que la única manera de proteger a una sociedad de un individuo como éste, que además era una Circular Roja de Interpol, es mantenerle encerrado y medicado toda su vida. 

Y una de las preguntas necesarias es: ¿Qué es exactamente una sociedad capaz de dar a luz sujetos de esta clase? Porque el de Martín Llanos es sólo uno de los casos, es un país con una larguísima historia plagada de asesinos de masas. ¿Qué condicionamientos psicosociales, qué clase de terribles traumas, tiene una sociedad que contempla una especie de tratamiento jurídico político para criminales de esta clase?     

Esta novela, cuenta como Gilberto Torres fue secuestrado y torturado, cómo presenció asesinatos y se le impuso la pena de destierro. Pero también propone empezar a navegar por las mentes de los criminales. Lo hace otorgándole un peso muy grande al imaginario y a ese tremendo impacto pseudomágico que se puede constatar en esas regiones remotas colmadas de leyendas, cuentos de espanto y naturalezas extraordinariamente salvajes.

Y por supuesto hace sus revelaciones, sobre los detalles truculentos, antes desconocidos, de éste y otros intentos de asesinato. Es decir, los resultados de la investigación sobre los hilos que se movieron entre las grandes familias del hampa, los jefes paramilitares, las Fuerzas Armadas y las compañías multinacionales del petróleo en la zona. Se han podido reconstruir los hechos con los que dos grades multinacionales, la colombiana Ecopetrol S.A y la BP pagaron y ordenaron el secuestro y asesinato del exdirigente sindical Gilberto Torres. Lo que por ahora ha significado varios recursos legales impuestos contra el Estado colombiano y contra la BP en una corte norteamericana. 

 

Apartes de la breve intervención del autor de "En el tiempo de la bala y la salamandra" ante los trabajadores petroleros en Cartagena - Colombia.

Tenemos que reflexionar sobre esto: Crimen organizado, sociópatas y capital multinacional, aliados en contra de organizaciones sindicales, en un país con más de 15 000 muertes violentas al año. Son numerosas las preguntas que surgen, o deberían surgir.

Compañeros caídos en la lucha… ¡Presentes!

¿Hasta cuándo?

Hasta siempre…
 


Al llegar a Colombia para presentar “En el tiempo de la bala y la salamandra”, pudimos ver imágenes fugaces, en ocasiones melancólicas, de algunos de los lugares aparecidos en la novela.

Esto fue lo captado por nuestros ojos sobre esos rincones perdidos, presentes en pasajes de esta historia hecha de tragedias y esperanzas...

 


Rascacielos Torre Colpatria, al anochecer desde el cerro de Monserrate.














 
















Museo del Oro. Bogotá - Colombia.














Casa de Manuelita Sáenz. 














La Virgen Negra de la Capilla de Monserrat, Monasterio de Monserrate, Bogotá – Colombia.  














La Virgen Negra de la Capilla de Monserrat, Monasterio de Monserrate, Bogotá – Colombia.  (En la actualidad)











Alcoba del General Simón Bolívar. Casa Museo Quinta de Bolívar, Bogotá – Colombia.   

















Edificio sede de la USO Nacional en la ciudad de Barrancabermeja.  



Laguna Sagrada de Guatavita – Colombia.