Una mañana podrías abrir los ojos y, luego del primer café, descubrir que estás en medio de un juego demasiado peligroso para tu pálida y frágil desnudez....

jueves, 28 de noviembre de 2013

LA ANTEPENÚLTIMA CRÓNICA… (PRIMERA PARTE)

Cuando el hombre que investigaba aquellos extraños hechos llegó a la temida conclusión de que éstos eran definitivamente más complicados de lo que al principio pensaba, por primera vez fue consciente del único camino decoroso que le quedaba. Existen ocasiones, varias a la largo de la vida si la buena fortuna acompaña, en que para entender una cosa es menester una segunda cosa que haga juego. Y otras ocasiones en que la aparente y omnipotente dualidad que parece dominar los asuntos del mundo, requiere de una tercera que ayude a la gastada facultad de la comprensión, tan fatalmente atrapada bajo el paso de la coyuntura y la temporalidad.













Presentación en la Escuela de Leyes de la Universidad de Georgetown, Washington.

Existen miles de ejemplos. Uno muy reciente e importante es, fíjense ustedes, el bosón de Higgs, ese ladrillo de casi completa calma y sobriedad tan básico en el modelo estándar de física de partículas, pero a la vez tan voluble, inestable y pasajero. Que más que el tan codiciado “pensamiento de Dios”, es más bien una cosa, una partícula, imaginada por una mente preclara para ayudar a entender el devenir de las demás partículas. ¡Cuánto dramatismo! Un viejo ejercicio radical de intuición y creatividad en el mismo filo de lo posible, propuesto hace años por un físico teórico (Peter Higgs), hombre risueño y actualmente jubilado que se dedica a la lectura de novelas de misterio acompañadas de música clásica en la festiva y bella Edimburgo. La cosa imaginada para entender otras cosas tuvo su viaje desde los hormonados años 60 hacia las tardes húmedas de aquel hombre frente a las chimeneas coronadas con escudos de piedra de la noble Escocia. Hasta la llegada de los prometedores días luminosos en que la más compleja y aterradoramente sofisticada máquina jamás construida entró cual vetusto tren en medio de una pradera a finales del invierno, prometiéndolo todo con la llegada de la primavera, en el desconocido universo subatómico y las más enaltecidas ciencias experimentales. La humanidad lo hizo porque podía hacerlo. El Gran Colisionador de Hadrones es como una catedral a nuestro delirio por lo enigmático, la física, la geometría… Más allá de cualquier aplicación práctica, ese esfuerzo fantástico de 10 000 científicos y 7500 millones de euros era admisible porque era factible. Y ésta es la fórmula, aunque parezca y de hecho se comporte de manera descabellada, para imaginar y hallar las cosas cuyo deslumbrante destino es permitir explicar otras cosas. Sobrehilar por encima y debajo de lo aparente.

Así era el tamaño del dilema del hombre que investigaba. Crear una tercera, cuarta… quinta “entidad” que tendría que ser leída en toda su territorialidad para acceder a su explicación. Y entonces cabría la posibilidad de que alguien, un caminante casual de los distantes lugares donde todo pasó, tal vez entreviera un orden en todo aquello. Pero hacer esto, en todas y cada una de las andadas comarcas del mundo, tiene su precio. A veces investigar algo impide que ese algo llegue al final de su historia. Éste es uno de esos casos.

El hombre que investigaba llegó, o naufragó según se mire, en una tierra de nadie. La que se extiende entre la intuición (que además involucra una pléyade de teorías, hipótesis y experimentos) y la cenagosa demostración, historicidad y lógica de todo lo acontecido. De las terribles fiebres sufridas en tal desierto peligroso se alumbró esta novela. Es decir del choque entre subjetividad y empiria. La escritura del hombre que investigaba vivió la histeria en toda su intensidad, sufrió ese dolor disociativo entre la certeza más que verídica y lo que sabemos pero nos esforzamos por ignorar porque no podemos demostrar. Todavía.














Presentación en la Escuela de Leyes de la Universidad de Georgetown, Washington.

“En el tiempo de la bala y la salamandra” no es una ficción completa. Ni siquiera intenta ser una realidad totalizadora. Es una pequeñísima parte de, parafraseando a Zizek, la realidad de la ficción. La andadura de la obra ha sido extraña y extensa. Fue presentada a un público bellísimamente generoso en París y Madrid. En sesiones tiernas y acogedoras en las entrañables Barcelona y Mallorca. Más tarde el libro cruzó el Océano Atlántico para ir en busca de sus orígenes. Y los encontró en actos colmados de nostalgia en Bogotá, Barrancabermeja y Cartagena de Indias. Durante aquellos días de tregua donde las intimidades de la obra eran expuestas al rojo vivo y una nueva e irrefrenable crónica reclamaba ser contada en el futuro, un periodista, historiador y viejo amigo escribía en la española revista Tiempo: "Hay libros que parecen novelas, pero no son novelas sino relatos exactos. Lo que pasa es que son demasiado feroces […] no es exactamente un reportaje, ni una novela, ni un ensayo, ni un thriller, sino todo eso a la vez: el relato de la inimaginable destrucción democrática de un país asaltado por las multinacionales del petróleo, de la droga… un tiempo en el que la vida vale muy poco y la verdad es un cuento para niños." (Luis Algorri). 

Y así siguió siendo reconocida entre algunas buenas gentes, amigos de esta rara mezcla literaria. Poco tiempo después era acogida en otro acto de la Escuela de Leyes de la Universidad de Georgetown en Washington. Estos dulces y estimulantes viajes ahondaban más y más las sensaciones del hombre que investigaba. La cosa que había escrito para explicar otras cosas manifestaría por mucho tiempo cómo caprichosos y no tan insólitos sucesos, relacionados o imbuidos en ella misma, empezaron a tener una básica y terrible relación con su propia vida. Siempre hay añejos asuntos que por fortuna impiden la llegada del fin de la historia. La realidad de la ficción se haría más y más enigmática… llegando a lo urgente. Escribir ya era un problema de supervivencia. Tal vez era esto a lo que algunos de sus mejores amigos de los últimos años se referían cuando decían soy escritor… Como el querido Ignacio Merino, autor del precioso prólogo de la primera edición.



































Para saber más de lo que estaba ocurriendo en sus páginas peregrinas, ¿el hombre que investigaba debería preguntarse qué es exactamente un escritor? ¿Por qué hacerse esta pregunta? Con seguridad no tenía recorrido para poder responderla… Tan sólo podría dar fiel testimonio de lo que ya quiso exponer Héctor Abad Faciolince hace años en una de sus concurridas conferencias en la Casa de América de Madrid. Algo difuso acerca de los dos caminos, dicen que complementarios, entre asomarse a los inexplorados abismos de su propia subjetividad o buscar y rebuscar en bibliotecas, esquinas y pasadizos hasta encontrar la clave de bóveda que podría abrir la mente de los otros. Para bien o para mal, para la realidad o la ficción. Supongo que para más tarde se dejaría la grave cuestión del prisma histórico o temporal. Enajenarse y escribir deben tener una relación muy íntima, pensó el hombre que investigaba.

Hay cierta sensación de materialidad cuando se escribe sobre algo que le ha ocurrido a alguien. Ésta va aumentando a medida que se reúnen todas las pruebas de los hechos y éstos revelan un orden, a su vez orquestado por algún alma generalmente inconsciente o sin buena idea. Pero esa misma sensación parece reducirse drásticamente cuando la historia escrita aparentemente proviene de esos extraños túneles que se abren entre el Superyó, el Yo y el Ello. La frontera entre lo que ocurrió en esta realidad que hemos aceptado y lo que viene del interior, de algún recoveco bajo el pelo y tras la frente y los ojos es algo sagrado en nuestra cosmovisión. Una cuestión harto complicada, ya que en ocasiones esas entidades inventadas y, de alguna forma, reflejadas en las páginas del escritor tienen personalidad entera. Dolores y placeres. En todas y cada una de las ocasiones (o casi) en que esa frontera ha sido violentada, todo parece conspirar para mostrar un ataque a otra de las cuestiones que tenemos por sagradas: la cordura. Mas sin embargo, los fastuosos pliegues de esta linde esconden secretos sobre el regreso a la vida de los que respiraron en el pasado y la vitalidad pasajera de los que jamás han existido a este lado de la realidad. La cosa escrita para explicar otras cosas se comportó desde el principio de forma altanera y excéntrica. En sus páginas pálidas han devenido asuntos cuyo origen está en cada una de las puntas de los dos caminos: Desde la mente de alguien que recuerda una historia, cuyas pruebas han sido encontradas y contrastadas por el hombre que investigaba. Y desde la imaginación de éste.















Pobre hombre que investigaba, a pesar de ser sólo el extraño escriba de estas crónicas sangrientas, no logró sustraerse a la seducción de los ángeles vengadores de su subjetividad. No pudo evitar interpretar y simbolizar para volver a contarlo todo desde una psiquis reconstruida para la víctima. Lo tuvo claro desde la primera línea: había que hacerlo soportable, y para esto tendría que explicar lo que en profundidad sólo representaba la patológica irracionalidad humana. Después de todo, siempre se trató no de alterar los hechos, sino de darles una nueva perspectiva. Y aunque no fuera así, ¿cómo puede decirse que lo que ha pasado sólo en la imaginación de alguien, efectivamente no ha pasado en algún lugar? ¿Es que la increíble complejidad de la psiquis es un tapiz ajeno, sin espacio y tiempo propio? ¿Podría ser posible decir que lo que llamamos ficción ha llegado a ocurrir efectivamente, ya que se dio en una mente activa, como la del escritor ocupando un lugar dentro de nuestro espacio tiempo? La realidad de la ficción se halla parcialmente en estas preguntas, y está marcada a fuego por seres materializados (aunque sea literariamente) mediante el peso de nuestra fantasía luchando contra la brutalidad de la propia existencia humana.















No debería olvidarse que tuvimos edades antiguas donde una imaginación poblada de seres sobrenaturales y fantásticos incursionaba impunemente en la terrenalidad, provocando unos efectos tan verídicos como los que puede experimentar alguien huyendo de un felino hambriento por una jungla en una noche sin luna. La cosa escrita para explicar otras cosas, ciertamente bebió de la imaginación del autor (o más bien de sus interpretaciones simbólicas) y se mezcló con algo pasado a este lado de la realidad. ¿Cómo se tomó el hombre que investigaba tales licencias? Hay dos razones: En primer lugar por la cordura. Y en segundo lugar, como se decía al principio, era factible porque era posible. La cordura de lo posible es sólo un conjunto de palabras, que separadas muestran lo inconexo de la vida… el caos de quietud en una pesadilla donde se vive la muerte propia, pero que escritas en su orden correcto permiten pronunciar el sortilegio que trae sentido, mágico incluso, a unas existencias que de lo contrario llorarían de nada y por nada. La cordura de lo posible no es que evite el llanto, pero sí le da sabor, aroma y color a una lluvia de ojos que pronto se convertirá en tinta.

Un telescopio enfocado a las estrellas durante solitarias noches castellanas en pleno verano, le hizo pensar al hombre que investigaba en la necesidad de más de un tiempo para contribuir (con modestia y sin prejuicios disfrazados de humildad) a explicar con fascinación y creatividad (más coherencia) el verdadero tamaño de los asuntos que los humanos nos traemos con tan malas maneras con el mundo. Fue así como se llegó al tiempo de la bala y al tiempo de la salamandra. Una manera de decir, como argumentara sobrecogido el autor de “El olvido que seremos”: lo real es inimaginable.
           
Continuará…

viernes, 20 de septiembre de 2013

Presentación de la novela en la Universidad de Georgetown. 3 de octubre del 2013


Condenado Martín Llanos por secuestro y tortura de Gilberto Torres Martínez

Este 17 de septiembre el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, parte civil del proceso adelantado contra el jefe paramilitar Héctor Germán Buitrago Parada, fue notificado, por parte del Juzgado Once Penal de Circuito Especializado de Bogotá, de la sentencia anticipada proferida el 30 de agosto en contra de alias MARTIN LLANOS, como coautor impropio de los delitos de secuestro extorsivo agravado, tortura, desplazamiento forzado y hurto agravado y calificado.

Se trata del proceso iniciado a raíz de los hechos ocurridos en Febrero de 2002, cuando un grupo de paramilitares rapta y somete a actos de tortura a Gilberto Edgar Torres Martínez, cuando era secretario general de la subdirectiva de la Unión Sindical Obrera, y quien hoy, por estas razones, se encuentra en el exilio.

El Juzgado pone en evidencia “que el secuestro de Gilberto Torres y los demás delitos relacionados con éste, fueron motivados por su activismo sindical, dada su condición de dirigente, por los efectos que causaba a las empresas  interesadas en la marcha normal del bombeo de crudo, por lo que consideraron conveniente quitar del camino a quien ponía en riesgo sus intereses económicos”.

En la sentencia también se destaca “el hecho de encontrar como suficientemente soportado que la condición de sindicalista de Gilberto Torres fue factor determinante, para que los paramilitares  lo hicieran víctima  de continuas amenazas, y, posteriormente, con la aquiescencia de personal de la multinacional OCENSA le restringieran su libertad de locomoción, situación que se ve corroborada con los medios de convicción recién aludidos, por el etiquetamiento que se suele cernir sobre los líderes de las agremiaciones sindicales”.

Además, el Juzgado dedica parte de la sentencia  al testimonio del sindicalista, en el que éste expresa los vejámenes de los que fue objeto durante el cautiverio por cuenta de las llamadas “Autodefensas Campesina del Casanare”, dando relevancia a que el sindicalista fue víctima de tortura.

Ahora la justicia debe avanzar en la investigación de responsabilidad de los beneficiarios y autores mediatos de los graves delitos cometidos contra el dirigente sindical. Los pronunciamientos de la judicatura en el caso evidencian que la orden provino de funcionarios de las petroleras OCENSA y ECOPETROL.

Comité de Solidaridad con los Presos Políticos-Colombia

miércoles, 22 de mayo de 2013

NUEVA SENTENCIA DE MUERTE CONTRA DIRIGENTES DE LA USO A MANOS DE PARAMILITARES

Este Blog oficial de “En el tiempo de la bala y la salamandra” reproduce el último comunicado de la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo de Colombia – USO, sobre las más recientes amenazas de muerte a sus dirigentes. 

Martes, 21 de Mayo de 2013.

La Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo – USO, denuncia públicamente que hoy nos encontramos con una nueva SENTENCIA DE MUERTE, contra un grupo de dirigentes sindicales de la U.S.O en la región del Magdalena Medio , en un Panfleto Firmado por el grupo paramilitar LOS RASTROJOS se da 48 horas para que la U.S.O abandone la región so pena de ejecutar la sentencia el 22 de mayo, y en el mismo comunicado se señala como víctimas de la actividad sindical a las pobres empresas petroleras.

Con gran preocupación el sindicato viene haciendo pública las amenazas e intentos de asesinato de que viene siendo objeto dirigentes sindicales en todo el territorio colombiano; que configuran la antesala a la ocurrencia de un hecho trágico.

Como ya se ha denunciado, el pasado 7 de mayo de 2013, el dirigente sindical RAFAEL RODRIGUEZ MORO, Secretario General de la Subdirectiva Centro de la Unión Sindical Obrera, fue víctima de un atentado contra su vida cuando se encontraba comprando unas medicinas en una droguería en la Ciudad de Barrancabermeja.

El 9 de mayo de 2013, cuando se encontraba en el corregimiento de El Centro, el dirigente Ariel Corzo recibió amenazas vía mensaje de texto.

Hoy 21 de mayo hemos conocido de la circulación de un nuevo panfleto con amenazas de muerte contra los dirigentes sindicales MARTIN RAVELO, ARIEL CORZO, JHON RODRIGUEZ Y ALEXANDER CASTRO, firmado por la denominada banda paramilitar los rastrojos.

Se volvió costumbre que cuando los trabajadores reclaman sus derechos ante empresas del grupo empresarial Ecopetrol, asociadas, contratistas y subcontratistas, coincidencialmente aparece el expediente de la amenaza, el terror y los atentados, en los que aparecen como responsables grupos paramilitares, que fueron creados en connivencia del Estado, mafias y transnacionales, precisamente para intentar restringir el libre ejercicio de la actividad sindical de la U.S.O y acallar la voz de protesta de las diversas formas organizativas de trabajadores y comunidades.

El contexto Nacional refleja graves conductas antisindicales, razón por la cual en pasadas Acciones Urgentes Alertábamos de lo peligroso de las declaraciones dadas por el Ex presidente Álvaro Uribe Vélez y otros altos funcionarios del Estado y periodistas, quienes señalaban a la U.S.O de pertenecer al “sindicalismo armado”, estas afirmaciones preparan a los violentos para que actúen, justifican las acciones y preparan a la sociedad para que no reaccione.

Desde ese momento se exigió al Gobierno Colombiano un pronunciamiento sobre la legalidad y legitimidad de nuestra organización, de igual manera se le solicitó al Presidente de ECOPETROL se pronunciara sobre esas afirmaciones. Lo único que se consiguió fue el silencio cómplice con los violentos.

En la última reunión de la Comisión de DDHH y Paz, los comisionados de la USO, expusieron con detalle la difícil situación de seguridad que vive la U.S.O, en particular el caso del Campo de Producción El Centro donde se demostró como existe una toma paramilitar por parte de los RASTROJOS y otros Grupos, hecho evidenciado en los informes de Alerta Temprana de la Defensoría del Pueblo, el cobro de vacunas a comerciantes y colonos, el patrullaje de hombres armados, las citas y mensajes que se envían a pobladores de la región, las constantes amenazas a dirigentes sindicales y sociales. Lo más grave es que todo esto ocurre con la mirada cómplice de autoridades civiles y policiales, y peor aún con la anuencia de ECOPETROL.

También denunciamos la actitud de ECOPETROL y su Grupo empresarial de solucionar por la vía violenta los conflictos laborales, tal y como está ocurriendo con el que se adelanta en el campo de producción El Centro.

Lo extraño es que semejante ofensiva de terror contra los dirigentes y activistas sindicales se da de cara y en medio del más asfixiante control militar y policial en la región. Nadie se explica cómo estos grupos paramilitares se mueven con tanta libertad por áreas completamente militarizadas. Nadie se explica como la reacción del Esmad y el ejército solo es eficiente a la hora de reprimir a los trabajadores en el momento de sus luchas reivindicativas.

Ha llegado la hora que el gobierno, Ecopetrol y las transnacionales le expliquen al país porque razón la fuerza pública más grande de América latina, que consume el presupuesto más voluminoso, no dispone de una estrategia clara para desmantelar el fenómeno paramilitar que limita tan enormemente las libertades y los derechos de los trabajadores y la población.

Está comprobada la FALSA MORAL de las empresas petroleras, quienes discursivamente manifiestan un compromiso con los DDHH y la vida, pero que en la práctica actúan en la lógica contraria.

En medio de esta oleada de amenazas, y apenas concluido el FORO sobre explotación del Carbón y sus impactos, en el municipio aledaño del CARMEN DE CHUCURÍ, se perpetra una repudiable masacre que dejo cinco muertos y dos personas heridas, de las cuales una falleció en el día de hoy.

Responsabilizamos a ECOPETROL y su Grupo empresarial, a OCCIDENTAL ANDINA, al Gobierno Colombiano por lo que pueda pasar contra los dirigentes de la USO.

Llamamos a los trabajadores a no ceder a las pretensiones de los enemigos de los trabajadores de romper la unidad y la fuerza de este movimiento.

Llamamos al movimiento sindical y a las organizaciones defensoras de DDHH para actuar en defensa de la libertad sindical en COLOMBIA y del Derecho a la Vida.

JUNTA DIRECTIVA U.S.O NACIONAL
COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS y PAZ DE LA U.S.O.
Bogotá, Mayo 21 de 2013.

viernes, 10 de mayo de 2013

VAN A SEGUIR ASESINANDO AL MOVIMIENTO SINDICAL COLOMBIANO

Comunicado de prensa de la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo de Colombia-USO, por la reciente ola de violencia en su contra. La misma historia intenta repetirse una y otra vez. Como en las páginas iniciales de “En el tiempo de la bala y la salamandra”, las luchas sindicales, en la atormentada Colombia, desatan una bestial campaña terrorista en su contra… ¿Hasta cuándo? 


COMUNICADO (9 de mayo del 2013)

En el mes de diciembre cuando asesinaron a Milton Rivas Parra, dirigente de la USO mostrábamos nuestra preocupación por los hechos se violencia contra el movimiento sindical y nos preguntábamos “hasta cuándo van a seguir asesinando  dirigentes sindicales?” , en lo que va corrido de ese año han sido asesinados 4 compañeros e innumerables los  atentados,  como el que nos informa la USO el día de 7 de mayo contra el compañero dirigente  Rafael Rodríguez Moro.

Ya lamentábamos también que en el marco de las negociaciones de Sintracarbón  se hubieran presentado  amenazas de muerte a los trabajadores y dirigentes sindicales Igor Kareld Díaz, Aldo Raúl  Amaya, Fredy Lozano y Jairo Quiroz, miembros de la Junta Directiva Nacional de este sindicato, e integrantes de la comisión negociadora en este proceso de negociación colectiva. Para nosotros estas amenazas, que aún persisten,  han sido de gran  preocupación, por los hechos reiterados de violencia que han llevado a la muerte de  ya casi 3.000 sindicalistas, en los últimos 26 años en Colombia. Igor Díaz además de ser Presidente de Sintracarbón, es miembro del comité ejecutivo mundial de IndustriALL. El Compañero Helí Arregoces afiliado también a Sintracarbon, sufrió un atentado contra su vida al inicio de este año en Riohacha. También son reiteradas las amenazas en contra de Germán Osman de la dirección regional de la IndustriALL y dirigente de la USO,  lo mismo que a Rodolfo Vecino presidente y  los demás miembros de la junta directiva nacional de la Unión Sindical Obrera del Petróleo, en el caso de Sintraelecol en las mismas condiciones esta  Oscar Arturo Orozco Sánchez, dirigente nacional del sindicato y presidente de la CUT Caldas, quien recibe de manera permanente amenazas de muerte y sufrió un atentado del que afortunadamente salió ileso.

 
Rodolfo Vecino, Presdente de la USO-Nacional.

En la noche del 7 de mayo de 2013, entre las 9:30 y 9:40 de la noche el dirigente RAFAEL RODRIGUEZ MORO Secretario General de la Subdirectiva Centro de la Unión Sindical Obrera, fue víctima de un atentado contra su vida cuando se encontraba comprando unas medicinas en la droguería Drogas la Rebaja ubicada en el barrio Pro vivienda en la ciudad de Barrancabermeja – Colombia.

Ya cuando se disponía a ingresar al vehículo, dos sujetos con casco cerrado que se movilizaban en una moto de alto cilindraje se acercaron y dispararon en cinco oportunidades contra la humanidad del directivo sindical, disparos que quedan evidenciados en el vehículo en donde el dirigente se protegió, situación que le permitió salir ileso afortunadamente.  La reacción de su escolta fue disparar contra ellos en 4 oportunidades, para defender la vida de su protegido.

Después de estos hechos, el escolta y el compañero se dirigieron hacia la Estación de Policía del Barrio la Granja de este municipio Santandereano para denunciar los hechos, posteriormente el compañero fue recluido en la Policlínica pues después de esta situación entro en crisis nerviosa.

El compañero el mismo día en horas de la mañana había denunciado en la jornada de protesta que se desarrollo en el Centro, la violación de derechos laborales y libertades sindicales que se presenta en esa región del país, así como denunció la presencia de personas extrañas y armadas durante esta jornada.

En varias oportunidades se había denunciado ante las autoridades competentes de las constantes amenazas que recibía este compañero, denuncias que están debidamente sustentadas.  El 19 de junio de 2012, se hizo la solicitud ante el Programa de Protección a sindicalistas y se volvió a informar sobre la situación de riesgo en la que vivía.

No es la primera vez que dirigentes de la U.S.O Centro son objeto de amenazas, que han sido denunciadas y continúan sin ser indagadas, amenazas derivadas de su actividad sindical, por tal razón solicitamos se emprendan las investigaciones pertinentes y las sanciones que de ellas se desprendan.

El Consejo Nacional de IndustriALL Colombia, conformado por Sintracarbón, Sintraelecol, Sintravidricol, Sintracarcol, Fenaltec, Utrammicol, Fetramecol, Sintracadena, Sintragasquimed y la USO, en nombre de los 50 millones de trabajadores que agrupa IndustriALL Global Union  en el Mundo, estamos denunciando estos hechos, para no permitir que se siga asesinando al Movimiento Sindical, porque las democracias están integradas también por nosotros  como uno de los actores principales y se dice que Colombia es un País democrático.

A nuestros compañeros de la USO, Sintraelecol y de Sintracarbón, Sindicatos de Industria afilados a IndustriALL, el abrazo fraternal de hermanos de clase y a las familias de nuestros compañeros la solidaridad y al Gobierno Colombiano nuestra más sentida protesta para que no haya más impunidad en estos graves crímenes y que en la política pública haya reparación individual y colectiva a la victimización del movimiento sindical colombiano.

jueves, 18 de abril de 2013

EDUARDO UMAÑA. 15 AÑOS DE SU ASESINATO.

Hoy es 18 de abril del 2013. Hace 15 años fue asesinado el abogado penalista Eduardo Umaña Mendoza. Las notas guardadas en este Blog tienen que recordar, no la muerte, sino la valiente vida de uno de los más brillantes luchadores sociales del pasado y tormentoso fin de siglo en Colombia.












Eduardo Umaña tiene un pensamiento aquí, por ser uno de los nombres aparecidos al interior de “En el tiempo de la bala y la salamandra”. Pero además por haber convertido la defensa de los criminalizados sindicalistas de la USO – Colombia, los protagonistas de este relato, en un problema personal. Llegando a hacer el sacrificio máximo. Umaña desmontó y sacó a la luz uno de los más perversos montajes judiciales contra líderes sociales de los últimos años. Por otra parte, se trata de alguien especial para el autor, ya que defendió a su propio padre contra la represión del Estado colombiano, cuando éste era dirigente sindical y fue llevado a la cárcel.

A continuación reproducimos el artículo publicado en El Espectador por su hijo, Camilo Umaña Hernández, en conmemoración de estos 15 años de su asesinato.  (Atículo original)


Se conmemoran 15 años de la muerte de Eduardo Umaña Mendoza.

'Gracias por no doblegarte, papá'

Este reconocido abogado de derechos humanos fue asesinado el 18 de abril de 1998 y su crimen sigue en la impunidad. Su hijo, Camilo Umaña Hernández, le rinde un sentido homenaje.

Por: Camilo Umaña Hernández / Especial para El Espectador.

Hace 15 años mataron a mi papá, José Eduardo Umaña Mendoza. El mediodía de ese sábado oscureció mi horizonte, lo cambió todo. Llegábamos con mi mamá a recogerlo. El zigzagueo de las balas apenas se dispersaba en el ambiente. Un humo ciego y pálido de metralla se sumaba al anterior de cigarrillo, rumores y jadeos. Ese aire denso se hizo sólido en mis pulmones y aplastó mis hombros con la noticia. “Mataron a tu papá”, me dijo mi mamá. Me vi en el piso.

En un instante sordo y detenido recordé tantos días jugados en ese suelo de cabellos rizados. La alfombra estaba marcada por las huellas de los asesinos. Esas huellas de muerte que avanzaban desde el corredor hacia la oficina, que se desviaban en el cuarto que fue el mío. Allí habían atado a la secretaria con cinta de enmascarar. Alguno de los tres sicarios dejó sus huellas de muerte en esa banda pegajosa que apenas se acababa de desatar. Las huellas seguían, trepaban, si se hacía silencio murmuraban, casi que clamaban cómo había sido todo; selladas en el arco de la puerta, anunciadas como periodistas a la entrada, seguidas redoblantes al despacho, discutidas en el aire.

Querían llevarlo, me explicaron. Él los retó, vertical, fuerte y valiente. Sus huellas se afirmaron en el suelo. “Si vienen por mí, resistiré, no me doblegaré”, había dicho meses antes. Dispararon, hurtaron lo que pudieron y salieron. Afuera, un taxi los esperaba. El golpe de las puertas estrelladas en el marco del vehículo abrió paso a un silencio, y nuevos pasos entrarían por ese mismo piso que me tragaba como un banco de arena movediza. Amigos y curiosos hicieron su arribo.

Los ecos de ruido se comprimían en un grito sordo de familiares de desaparecidos, de torturados, de sacrificados, de encarcelados por protestar, de tantas y tantas personas cuya única esperanza era que mi padre les ayudara a sacar su caso adelante. Una vez, una persona en un acto de homenaje me dijo que mi papá era como el defensor del Pueblo, sin que exista algo así en el país. A la casa llegaba gente por hordas pidiendo ayuda porque habían padecido alguna atrocidad, buscando consejo, clamando una alternativa, desesperando una solución.

En esos años de intenso ejercicio del derecho, mi padre entendió que la defensa de los derechos humanos no era sólo legal sino jurídica, no sólo jurídica sino política, no sólo política sino social, no sólo social sino íntima, de movilización de conciencias. Mi padre entendió que la soledad ronda a quienes luchan por la justicia, pero que el amor por lo que se hace es un valor que acompaña.

Los “investigadores judiciales” también desembarcaron, silenciando con urdida costumbre los resuellos de evidencia con su eco de nuevas huellas. Cuidadosamente tomaron una cinta sobre otra e hicieron un detallista inventario de lo que había en la oficina, con un objetivo eminentemente criminalístico, por supuesto; sin ningún resultado probatorio, por supuesto. “Yo le puedo sintetizar todo esto con una frase un poco jurídica, pero que contiene el significado preciso de los procesos: es una especie de telaraña jurídica con una tenaza política”, decía mi papá de su ejercicio profesional, casi premonitoriamente de su propio asesinato.

Mi abuela Chely todavía recuerda quemantes las vergonzosas palabras del fiscal general de la época, Alfonso Gómez Méndez, quien le diría que el caso de mi padre era un crimen de Estado y que en el mismo no había nada que hacer. Esas mismas palabras se oficializaron en el juicio que se siguió por el homicidio. Pese a que el mismo fiscal había aseverado a la Human Rights Watch que en el homicidio estaba implicada la Brigada XX del Ejército, y que la actividad probatoria del proceso destilaba lumbre sobre agentes de inteligencia militar, un testimonio dado desde una cárcel cambió la dirección de la investigación.

Un grupo de personas sería imputado y juzgado por supuestamente haber estado implicado en el asesinato de mi padre. Como era de esperarse, uno a uno los acusados fueron absueltos sin mucha controversia. Luego de eso no ha habido nada o, mejor, como la Fiscalía Segunda Especializada de Derechos Humanos me corregía en la respuesta a un derecho de petición de impulso del proceso: “No es que la Fiscalía haya estado inactiva como lo asegura usted en su escrito, sino que desgraciadamente la labor investigativa desplegada en torno al caso ha sido infructuosa”. Sin frutos, marchita como la muerte, en coma como la ausencia.

Como decía mi padre, “el sistema sabe cómo y dónde ubica la represión. Hay muchas personas presionadas en el anonimato, que son algunos dirigentes, sobre todo de sectores campesinos y urbanos, que los matan, o los desplazan, o los desaparecen, y la gente ni siquiera se informa de eso. Incluso sabe que hay hechos que no se pueden ocultar, noticias que no pueden ocultar, que terminan trascendiendo. Ahí, el Estado es tan inteligente que asume e institucionaliza esos casos, los procesa y tabula el mismo Estado (…). Entonces: el Estado investiga la muerte, administra justicia para los probables autores de la muerte, absuelve, y continúa de nuevo cometiendo todo. Es decir, tiene en su poder todas las etapas del control social en el proceso criminal”.

Estos 15 años de injusticia e indignación no podrían ser subtitulados de muerte porque la vida de mi padre ha brotado en muchas partes, formas y personas. Mi abuelo, Eduardo Umaña Luna, nos llamaría una y otra vez más a tocar campanas de júbilo porque su hijo ha pasado a la historia. Estos años no han sido de despedida sino de memoria viva. Jaime Garzón me diría en el funeral de mi padre que él hacía lo que hacía inspirado en Eduardo Umaña. Esa inspiración está ahí en tantos corazones y mentes, de activistas que luchan por la libertad, que escudriñan la verdad, que saltan y sortean el acoso que sufren quienes luchan por la justicia.

Estos años son de aprendizaje y de nuevas fuerzas. Estos son años de una profunda trascendencia que se siente en el colegio Eduardo Umaña Mendoza, en grupos de debate, universidades, activistas, defensores de derechos humanos y sindicatos. En estos 15 años bien vale hacer una acción de gracias. Con los pies firmes, agradecer a Eduardo Umaña Mendoza por no doblegarse, por insistir, por su ternura y solidaridad con los desaparecidos, con los muertos y torturados, con los puestos injustamente en prisión y con los que buscan otro futuro para su país. Quince años de “más vale morir por algo que vivir por nada”.

Umaña, un crimen sin resolver

Eduardo Umaña Mendoza fue un reconocido litigante y defensor de derechos humanos. Su homicidio, el 18 de abril de 1998, se ejecutó dos meses después del de Jesús María Valle en Medellín y casi un año más tarde del de Elsa Alvarado y Mario Calderón, investigadores del Cinep que murieron en Bogotá. Todos fueron asesinados en circunstancias muy similares: hombres armados entraron a sus casas o residencias, se hicieron pasar por alguien más para ingresar a los edificios (en el caso de Calderón y Alvarado se identificaron como miembros del CTI; en el de Umaña, como periodistas) y hasta la fecha, poco o nada se ha esclarecido de estos crímenes. En todos los casos se ha hablado de una posible complicidad de agentes del Estado, pero esta hipótesis tampoco ha sido comprobada. El padre del abogado, Eduardo Umaña Luna, fue uno de los fundadores de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional y fuerte promotor del estudio de la violencia en Colombia.

“Más vale morir por algo”

Una de las frases por las que se recuerda a Eduardo Umaña Mendoza es que “más vale morir por algo que vivir por nada”. Durante su vida, este abogado y defensor de los derechos humanos se dedicó a defender a las víctimas del genocidio de la Unión Patriótica y del Partido Comunista. También defendió los intereses de las víctimas de la toma y retoma del Palacio de Justicia, acaecida en 1985, y a sindicalistas de Telecom, la ETB y la USO. Por su labor fue reconocido nacional e internacionalmente. Sin embargo, por esta misma labor fue amenazado por los violentos que acabarían con su vida.

viernes, 12 de abril de 2013

¿AGUA O PETRÓLEO?

Es el título de un pequeño documental sobre los crimines ambientales cometidos por la compañías petroleras en los Llanos Orientales de Colombia. Dirigido por el periodista Bladimir Sánchez Espitia.

Los Llanos Orientales son el principal escenario donde transcurre “En el tiempo de la bala y la salamandra”. Las entradas de este Blog oficial, no solo pretenden contar el camino recorrido por un libro, mezcla de crónica y novela. Además quieren mostrar a los lectores, mediante documentos diversos, el espacio y el tiempo donde sucedieron los hechos en la vida real. Con el fin de que éstos adquieran una materialidad, casi insoportable, en las conciencias de los que han cruzado las fronteras de la obra y han cabalgado por sus extraños territorios.   

 

Publicado el 04/04/2013


"Derrames de crudo y nafta; estas a la vez ocasionan mortandad de peces, caños, aljibes y ríos contaminados por el petróleo. Colombia, el cuarto productor de crudo de Latinoamérica, experimenta un auge petrolero desde el año 2002. La batalla por el agua en el pie de Monte Llanero, además de animales envenenados, deslizamientos ocasionados por la actividad sísmica exploratoria, talas de árboles para darle paso a la construcción de bloques petroleros en zonas ambientalmente ricas en biodiversidad. 

Al día 5 de abril de de 2013 las comunidades de la zona completaron 45 días de protesta pacífica, en defensa de los derechos fundamentales como lo son el acceso al recurso hídrico, a la salud y a la vida."

Por Bladimir Sánchez Espitia
Realizador Documentalista / Periodista

jueves, 4 de abril de 2013

DENUNCIA PÚBLICA. Dirigentes de la U.S.O. Centro reciben amenazas

Hay una diferencia, digamos sutil, entre escribir ficción, haciendo un poderoso despliegue de la imaginación, y concebir una mezcla seductora entre novela y crónica.

En el segundo caso la historia contada parece no terminar nunca. Como si continuase fuera del libro, solo que sin intervención del autor y muchos de sus protagonistas.

Esto es parecido a lo que sucede con “En el tiempo de la bala y la salamandra”. Una novela y crónica donde la campaña de muerte contra una organización sindical de Colombia, es uno de los ejes por donde gravita la trama. Una cadena de acontecimientos, en muchas ocasiones funestos, que no parecen acabar.

El pasado 3 de abril del 2013, de nuevo una organización armada e ilegal lanzo amenazas de muerte contra los sindicalistas a los que está dedicada esta narración.


Reproducimos el texto de su DENUNCIA PÚBLICA:

"Los compañeros ALEXANDER CASTRO e IGNACIO  HERNÁNDEZ, Secretario de Asuntos energéticos y secretario de prensa y propaganda respectivamente y dirigentes sindicales  de la Subdirectiva Centro de la Unión Sindical Obrera – USO- ,  recibieron una corona de flores, que apareció colocada encima de la  motocicleta de Alexander  que se encontraba parqueada frente a su vivienda el día de hoy 3 de abril de 2013, con un letrero que dice: “ para Alex Castro e Ignacio Hernández”. Los dos compañeros  ya habían recibido amenazas que fueron denunciadas ante la Fiscalía General de la Nación hace más de un año y aún no se conocen resultados de la investigación.

Los dos compañeros dirigentes sindicales se han caracterizado por participar en las luchas que se libran permanentemente  por mejorar las condiciones de los trabajadores que laboran para las firmas contratistas en el área.

El país está frente a una verdadera avalancha de amenazas, contra líderes sindicales, de derechos humanos y campesinos reclamantes de restitución de tierras, originadas mayormente de grupos paramilitares que asolan más de 400 municipios del país, sin que hasta ahora hayamos logrado vencer la indiferencia de los organismos del Estado.

La Unión Sindical Obrera –USO- es una de las organizaciones sindicales del país que ha aportado más víctimas en el marco de esta violencia institucional que nos afecta y que no lograr llegar a su fin. Es evidente que tales hechos ocurren en áreas fuertemente militarizadas por el Estado, pero tal militarización solo opera cuando los trabajadores protestan para reclamar sus derechos y en cambio está ausente, cuando son los trabajadores las víctimas de hechos bárbaros como los denunciados.

La USO lleva años reclamando a ECOPETROL  y al gobierno medidas de protección para la actividad laboral y sindical de sus trabajadores, sin embargo se alega que hay “unas medidas de seguridad” que algunas veces se refieren a vehículos y escoltas, pero el Gobierno se inhibe de actuar contra el fenómeno paramilitar  que actúa en las regiones de la mano con brigadas y batallones militares.

Reclamamos a la Vicepresidencia de la Republica, encargada de los derechos humanos en el país, a Ecopetrol, La Fiscalía General de la Nación y  a la Unidad Nacional de Protección las garantías políticas y las medidas materiales de seguridad  que garanticen la vida de los dos dirigentes sindicales y demás miembros de la organización sindical en el marco de las medidas cautelares proferidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos."

COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS.

JUNTA DIRECTIVA USO NACIONAL
Bogotá, abril  3 de 2013

sábado, 16 de marzo de 2013

“EN EL TIEMPO DE LA BALA Y LA SALAMANDRA”, PRESENTADA EN COLOMBIA.

A lo largo de enero y febrero del 2013, la novela “En el tiempo de la bala y la salamandra” fue llevada a Colombia.

Invitado por la gloriosa y combativa Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo de Colombia – USO, el autor, Vladimir Carrillo, entregó esta obra a los lectores, trabajadores y Movimiento Sindical en general.

Realizamos presentaciones en Bogotá (Biblioteca Nacional de Colombia), Barrancabermeja (Edificio Raúl Eduardo Mahecha, sede nacional de la USO) y Cartagena de Indias. Todos los actos se hicieron en el marco del 90º Aniversario de esta organización sindical, que agrupa a los trabajadores petroleros de Colombia.

El viaje ha sido emocionante, intenso… y entre nostálgico y evocador. Las últimas semanas hemos recibido muchísimo cariño de la gente (mis queridísimas amigas Carrillo, los compañeros de las organizaciones, mis entrañables camaradas, etc.). Esta entrada del Blog está, principalmente, dedicada a dar las gracias a todos/as por las bellísimas experiencias vividas. De igual forma llevaremos desde siempre en el corazón y el pensamiento a todos/as los integrantes de esa valiente y viva organización… La mítica USO. 

La obra “En el tiempo de la bala y la salamandra”, además, ha sido extraordinariamente bien recibida y acogida. Durante los días en que duraron los actos por el 90º Aniversario, fui llamado junto a otras personas para recibir un reconocimiento por el pequeño aporte a la memoria del Movimiento Sindical. Mil gracias a todos… Aquel momento tan especial me conmovió hasta lo más profundo. Fue como un verdadero viaje hacia mis raíces el instante en que el viejo dirigente de la USO, y actual miembro de la Central Unitaria de Trabajadores y el Polo Democrático Alternativo, Gustavo Triana, me entregó aquel reconocimiento. Casi 20 años después de verme en mis titubeantes pasos de estudiante en la ciudad de Bogotá.





















 Reconocimiento entregado al autor por la USO – Colombia.

Tengo un recuerdo especial para el Profesor Renán Vega Cantor de la Universidad Pedagógica Nacional, quien fuera una mis fuentes consultadas en la elaboración del manuscrito original.

Tuve el enorme privilegio de ser presentado por el Profesor Vega en el acto hecho en la ciudad petrolera de Barrancabermeja. Su descripción del contenido y el estilo de la obra fue tan preciso que todavía me resuena en la memoria. Muchas gracias... Ese mismo día el portal “Rebelión” publicaba un artículo suyo con motivo de los 90 años de vida de la USO. Éste es el enlace a aquel artículo de este investigador comprometido con la memoria y las luchas sociales en Colombia.

El siguiente video es un reportaje realizado por Semanario Obrero, con motivo de la celebración de los 90 Años de la USO – Colombia. Contiene el video institucional “USO 90 Años. Construyendo soberanía y dignidad”, con apartes importantes de la historia de esta organización.

Parte 1.
 
Parte 2.




Las siguientes fueron algunas de las ideas comunicadas durante los actos de presentación de la obra…

En la nostálgica y deliciosa Bogotá, la soleada y petrolera Barrancabermeja y la caribeña, histórica y bellísima Cartagena…


Esta novela hace parte de una investigación en la que estuve trabajando cerca de dos años, sobre los hechos que rodearon el secuestro del dirigente sindical de Colombia Gilberto Torres, por parte una organización narcoparamilitar. Autodenominada Autodefensas Campesinas del Casanare. Las ACC. Que eran uno de los sectores, una de las facciones más ricas y poderosas, del conjunto de ejércitos paramilitares que han existido en Colombia.






















Rueda de prensa anterior al acto de presentación de la novela en Bogotá. Desde la izquierda: Domingo Tovar (Presidente de la CUT), Gilberto Torres (Protagonista en la vida real), Vladimir Carrillo R. (el autor) y Rodolfo Vecino (Presidente Nacional de la USO – Colombia). 

¿Por qué una investigación da, o termina siendo una novela? Existen varios factores: En primer lugar desde el principio de las indagaciones, de la reconstrucción de los hechos, se hacían demasiado evidentes una serie de grandes interrogantes que rodearon todo lo ocurrido. Sólo para empezar: las posibilidades de salir con vida de un secuestro paramilitar son, ciertamente, poquísimas.

 

Intervención de Rodolfo Vecino, Presidente Nacional de la USO - Colombia, durante la presentación de "En el tiempo de la bala y la salamandra" en Bogotá. 24 de enero del 2013.

Al empezar a aclarar y llenar todos esos vacíos, que exigían ir mucho más allá que el solo diseccionamiento del testimonio de la víctima, se empezaron a revelar unos aspectos verdaderamente perturbados en la naturaleza de estos acontecimientos y en la actuación de los protagonistas de esta historia.

Todo esto planteaba unas necesidades nuevas. Unos retos mayores, para poder contar esto de una manera que, muy sencillamente, nos permitieran llegar a un público mayor. Un público no sólo interesado en el estricto trabajo científico o la descripción cronológica apoyada en estadísticas, junto a pruebas y perfiles psicológicos.

Se podía, y de hecho se pudo, ir mucho más allá. Acudir a unos lectores que también buscaran una exploración de los dramas y emocionalidades humanas, desde otros ángulos. Contar desde la literatura, es decir novelar esta increíble historia, iba a permitir darle una dimensión completamente nueva. Permitiría abordarla, no con una profundidad mayor, pero sí con una profundidad nueva.  

Éste es un ejercicio que, muy humildemente, pretende inscribirse en lo que algunos llaman una literatura comprometida con el Viaje del Sujeto y el cambio de su Realidad.



Apartes de la intervención del autor, Vladimir Carrillo R., en la presentación de la obra en Bogotá. 24 de enero del 2013.

Un experimento como éste permite incursionar, de una manera además que puede resultar peligrosa, en los insondables territorios de la psiquis. Tanto en la psiquis del prisionero que espera la muerte a cada instante, como en las de los asesinos.

Y aquí está uno de los ejes fundamentales de la novela. Los acontecimientos se cuentan desde dos ópticas. Se cuentan desde dos medidas del tiempo y el espacio, independientes pero entrelazadas. Uno de esos tiempos es el de la “Bala”. Es la historia de recuerdos que vienen y hechos que están pasando en el “presente” de estas páginas.

Un libro que pretenda contar historias es como una fotografía donde la vida y las cosas están pasando “siempre”, donde el tiempo se reinicia para vez que el libro es leído o abierto. En resumen, la “Bala” es el tiempo de los acontecimientos que llevan encima toda la terrible carga de la objetividad y la amenaza psicológica de la literalidad y la inmediatez.

Pero en la novela transcurre un segundo tiempo: el tiempo de la “Salamandra". Que también son la llegada de recuerdos y hechos, tan fantásticos y desviados como los de la realidad, pero que están pasando en la cabeza de la víctima. Esta trama implica a los hechos desde el mundo de las subjetividades, las representaciones inconscientes, la realidad moldeada por la potencia de la psiquis…

Esto significó un experimento fascinante, que implicó muchas horas de desglose, análisis de discurso, pruebas e incluso psicoanálisis. La exploración y análisis de la psiquis guarda una relación muy íntima con la literatura.

La literatura permite abordar… acercarse al inconsciente. Todo mediante ese modelo, que mezcla a la clínica y la cultura, donde una sucesión de circunstancias psíquicas incognoscibles, pueden terminar simbolizándose. Las pulsiones que el consciente intenta reprimir pueden no ser "sueños o fantasmas". Pueden exteriorizarse en un lenguaje coherente a través, por ejemplo, de la literatura.
















Acto de presentación de la novela en la ciudad de Barrancabermeja. En el fondo y desde la izquierda: Javier Gutiérrez (Presidente de Ecopetrol), Hernando Hernández (Expresidente de la USO Nacional), Clara López (Candidata a la Presidencia de la Republica por el Polo Democrático Alternativo), Gilberto Torres (Exdirigente sindical de la USO), Vladimir Carrillo (el autor) y Profesor Renán Vega (Universidad Pedagógica Nacional) 

Una aproximación psicoanalítica a la realidad social, mediante la literatura, sirve en primer lugar para plantear una crítica nueva. No despegada, pero sí independiente de lo estrictamente político y militante.  Como dijera el Dr. Lacan, en el texto literario se actualizan las emociones del Sujeto, al poder ver en la novela sus propios deseos y miedos en forma de espejo, de la experiencia de un tercero.

En este caso concreto, se toman elementos engrandecedores y demoledores de la Realidad, incluso elementos míticos, y con ellos se presenta un tejido conceptual nuevo. Lo que es un principio casi fundacional del Psicoanálisis: tomar mitos para renombrar fenómenos propios de la clínica. Eso a su vez lleva a una crítica de la Realidad soportable y más digna para el Sujeto. Porque rescata lo que la lógica estructural, objetiva, le niega.

Hay otro elemento: ¿Existe algo que reivindique más al Sujeto que su propia narración?, ¿que el Sujeto narrado? Me permito afirmar que no existen demasiados escenarios con cargas eróticas tan fuertes, como el texto que confirma la lucha primaria del Yo en relación al todo.



















Dirigentes de la USO (años 80 y 90), unidos en fraternidad, cantan La Internacional

Es más: La gran carga erótica que se evidencia de la Fraternidad más fecunda entre humanos, no sería visible sin la anterior reivindicación del Yo narrado. Y en este caso un Yo que ciertamente alucinó, vio y protagonizó su propia muerte en este relato.

Este libro cuenta un intento de asesinato (y tenemos al principal testigo con vida), pero en realidad es una historia basada en ese intento de asesinato. Porque este ejercicio va más allá, aborda las cosas desde dos tiempos: la bala y la salamandra.

El principal argumento es que la narración existe en el espacio-tiempo, desde dos direcciones: como descripción y como deconstrucción y reconstrucción de la Realidad.

Por otra parte (como en este caso), el relato puede hacer revelaciones e incluso dar conclusiones sobre algo. Pero ante todo la historia novelada es reinterpretable. Lo es en la medida que avanza, que viaja desde la oscuridad a la luz… Y más en un caso como el que pretende ser éste: una narración como viaje, pero igualmente como investigación.


















Intervención del Profesor Renán Vega (Universidad Pedagógica Nacional), durante la presentación de la obra en Barrancabermeja (Sede Nacional de la USO – Colombia). Febrero del 2013.

Añadidamente, "En en el tiempo de la bala y la salamandra" es una obra de nuestra época, surgida de este presente. Es una novela post fin de las metanarraciones. En este terrible conflicto, donde estamos debatiendo si el decreto, la pesadilla posmoderna, está tocando a su fin. Surgida en medio de las más graves preguntas sobre si la libertad, vida, el mundo, etc., son o no una mercancía. Sobre si el totalitarismo toma nuevas formas. Sobre si lo público y el ejercicio político real han terminado. Este relato está encuadrado, de forma muy dura, en esos terribles interrogantes de nuestro momento histórico. Durante los delirios del cautiverio, se escapan críticas filosóficas en ese sentido.

















Intervención del Exdirigente de la USO Gilberto Torres (protagonista en la vida real de la novela), durante la presentación de la obra en Barrancabermeja (Sede Nacional de la USO – Colombia). Febrero del 2013.

En medio de todo esto, el libro busca hacer lo que las artes, entre ellas la literatura, están llamadas a hacer desde la antigüedad: buscar la emancipación del Individuo mediante la denuncia del Desfase, la distancia entre la conciencia y la experiencia. Lo que vemos y lo que nos gustaría ver.

La denuncia del Desfase es algo que tiene que ver con descifrar la Hermenéutica del Sujeto. Esto puede marcar el tránsito entre la Represión – Pulsión y la Representación Simbólica – Cordura. Como dijera el gran Kant, para crear ciencia y arte no es suficiente una sola lectura del mundo y la Realidad. Además hace falta que el Sujeto transcienda sus variables, para poder reinstaurarse en el mundo. Generar una hermenéutica que contenga sus libertades y una inmanencia en sus propias cargas simbólicas… una nueva fisonomía de la consciencia. Es esto lo que otorga al individuo sus merecidas medidas de Soberanía y Dignidad.

Las cosas, tan sólo presentadas atenazan al Sujeto. Las cosas re – presentadas podrían emancipar al Sujeto. 

En este sentido el trastorno mental se muestra como “trastorno de la representación simbólica”. Una Realidad aterradoramente despojada de su sentido.   

En el fin de todo: esta es una pequeña defensa de la conciencia y una insurrección contra una experiencia que condena al protagonista en el primer instante.



















Manifestaciones obreras en los años 80 y 90, convocadas por la USO.

La experiencia del Sujeto gira sobre sí misma en círculos cada vez más cerrados. Hasta que los mandatos e imperativos de toda clase de dispositivos de seguridad, hacen que nuestra vida sea de renuncias y desaparición de las más sagradas expectativas. Es decir de aquellas en que las utopías tienen una mínima probabilidad estadística. Hay un estadio en que la experiencia no protege al Sujeto, sino que le condena a un dolor sin fin. Un sufrimiento de una naturaleza, además, absurda y ridícula. Se llega a un momento en que la experiencia no es un reflejo de nada en absoluto, y no resulta eficaz para articular el hecho de vivir. Un instante donde sólo impone el imperio del desprendimiento y los desafectos. Éste es uno de los dramas de esta época sin edad, donde la Historia juega en nuestra contra. Es esto a lo que un científico del Sistema Artificial de Vida, la sociedad, puede llamar un real punto de inflexión. Una crisis de predicción en los sistemas teóricos e hipótesis sobre los que un día se empezó a construir la sociedad.

El problema no es simple. En los días del miedo los ciudadanos no necesitan con frecuencia ser destronados de su centro por la fuerza. Estos mismos huyen despavoridos. La renuncia del Sujeto a ser el centro de irradiación ontológica, está directamente relacionado con la imposibilidad de trascender unas variables fuera de control. El presente se convierte en algo eterno, la amenaza en inamovible. Ya no se permite usar el conocimiento para interpretar y abstraer la Realidad, sólo para manipularla. En base al secuestro de unas voluntades atrapadas en sus propias sentencias históricas. Algunas tan antiguas como la misma Historia escrita. Imaginar se convierte en un sacrilegio.



















Pintada aparecida en las calles de Barrancabermeja.

¿Pero dónde y cómo funciona este mecanismo fundamental de la Ingeniería Social? Su origen no está en la investigación pura, sino en las ciencias aplicadas. Desde los valores de eficiencia, productividad, sacrificio y “lealtad” a un “ideal” corporativo, hasta los ultraavanzados conceptos de equipo y unidad productiva de alto rendimiento. Un cúmulo amplísimo  de conocimientos técnicos, que han implicado desde las tecnologías de la información y control de procesos hasta la Psicología y la Clínica. En el papel de última razón práctica siempre ha estado mantener al Sujeto como parte integrante y móvil de un Sistema, sin que importe de qué Sistema se trate.

La verdadera sacralidad, inmersa en lo más íntimo del proyecto moderno, ha residido en el culto a la Estructura.

Y nuestra verdadera barbaridad ha sido saber desde el principio que la Estructura sólo podía aspirar a tener ejes estratégicos y articulaciones principales. Pero que, de ningún modo, podía garantizar a nada ni nadie ser el centro de sus preocupaciones. Al individuo no le quedó otra opción que la huida mental, cuando logró constatar que el Sistema devoraba sus propias contramedidas de emergencia. Esas contramedidas, por otra parte, están igualmente colmadas de nuestras leyendas y mitos, colectivos y profundamente urbanizados. Esto es algo fácilmente constatable en los partidos políticos y el movimiento asociativo y sindical; en las tendencias ideológicas y las escuelas filosóficas, etc. 

En ocasiones esas leyendas tienen, como se puede deducir de todo lo anterior, un origen mítico y un desenvolvimiento violento. Un verdadero rosario de leyendas sobre héroes fundadores, con frecuencia, asesinados.
















Dirigentes sindicales de la USO cargan el féretro con el cuerpo de Manuel Gustavo Chacón, asesinado en enero de 1988.

Abordar todos los aspectos de esas muertes míticas y su relación con nuestras estructuras organizativas se convierte en una cuestión vital. Este entramado de claridades, certezas y oscuridades encierra muchas de las claves de nuestra personalidad colectiva. Describe muchos de nuestros imperativos psicosociales, que adquieren peso en momentos en que una especial coyuntura demanda soluciones a un conflicto. O respuestas a terribles problemas filosóficos, que las instituciones nunca llegan a resolver, sino que están sucediendo “siempre”.

Aquí es donde la cultura, y sus dispositivos, tienen que acudir en defensa del humano – ciudadano. 

 






























Placa conmemorativa de los 80 años de la USO (2002). Y en homenaje a Raúl Eduardo Mahecha, su fundador. Entrada principal a la Refinería de Barrancabermeja – Colombia.  

Ustedes tal vez se preguntarán: ¿Por qué era necesario hacer esto, por qué seguir este camino? Y bueno, la respuesta no está en la víctima sino en los sujetos que pretendieron matarle. Aquí está uno de los debates más inexplorados, incluso más rechazados, entre los que alguna vez hemos tenido algo que ver con esa guerra fratricida que cada día se libra en Colombia. Y que hace necesaria una pregunta. Una pregunta que surca de manera más bien sugerente toda esta novela: ¿Podemos, ya no sólo los colombianos/as, sino el resto del mundo, prescindir de una mirada clínica y filosófica  al estudiar, no únicamente el hecho violento, sino a las mentes que protagonizan esta guerra?

¿Cuándo nos vamos a parar frente a un espejo para mirarnos?

 

Intervención del Presidente de USO - Cartagena, ante los trabajadores, con motivo de la presentación de "En el tiempo de la bala y la salamandra".  

Preguntas con una carga, incluso existencial, tan fuerte, hacen necesaria la intervención de las artes. Entre ellas la literatura. Porque son las artes el vehículo social con que se denuncia y alerta sobre esas rupturas tan graves en el seno de una sociedad.

¿Cuándo vamos a asumir el debate sobre si los hechos de esta guerra pueden, admiten, sólo un tratamiento político – jurídico, sin la autoridad de un diagnóstico y un tratamiento clínico?            

¿Por qué estoy diciendo esto?

Porque, los hechos que se cuentan aquí, se suman muy fácilmente a otras miles de historias de esta clase que han ocurrido en ese país (sólo con la excepción, muy importante, de que la víctima, en este caso, volvió con vida). Pero los que se cuentan aquí, ocurrieron en un espacio geográfico pequeño del país. Un lugar de encuentro entre los Andes y los Llanos Orientales, el Departamento del Casanare. En ese territorio se dieron varias cosas: la presencia de unas riquezas naturales tremendamente grandes, que durante décadas han convivido con grandes proyectos agroindustriales y con el negocio del narcotráfico, que no ha dejado de florecer ni un solo día de los últimos años. Para proteger y articular esto se instituyó el recurso de la guerra abierta, la desaparición forzada, la conquista militar de grandes extensiones de tierra y la guerra psicológica más generalizada sobre la población civil.

El mecanismo represor fue esa simbiosis, de la que muy poco a poco se conocen sus verdaderas dimensiones, entre el Estado y sus Fuerzas Armadas y los ejércitos paramilitares de extrema derecha. Que fueron financiados directamente, y esta novela hace parte de esa denuncia por este caso concreto, cuyas pruebas son espeluznantes; por grandes compañías multinacionales, como la BP. Incluida la compañía petrolera de mayoría estatal Grupo Empresarial Ecopetrol S.A., que en este momento es un gigante corporativo.


Intervención del exdirigente de la USO Gilberto Torres ante los trabajadores petroleros de Cartagena de Indias – Colombia, con motivo de la presentacion de la novela.

Todo esto se articuló en torno a tres negocios: la tierra (como principal botín de guerra de los ejércitos paramilitares), el narcotráfico (como sin duda el principal negocio de las familias del hampa en esa región y del resto del país) y el petróleo (como principal factor geopolítico).

Ahora bien, esos ejércitos paramilitares, antes mencionados, no centran su peligrosidad única y exclusivamente en la capacidad que tuvieron de ejercer funciones de Estado en sus territorios. Es decir, efectivamente, lograron ocupar territorios, administrar su justicia, cobrar por seguridad, grabar con sus propios impuestos tanto a pequeños empresarios como a grandes empresas multinacionales (que más temprano que tarde pasaron a ser casi sus socias necesarias). En fin, no sólo es que hayan creado un Paraestado, sentado en la industria del crimen organizado, es que además lograron incidir en la construcción de la subjetividad de las poblaciones bajo su dominio. En esa región hay pequeñas poblaciones a las que casi se les ha borrado la memoria colectiva.

 












Alias Martín Llanos en el momento de su llegada a Colombia desde Venezuela, donde fue capturado en el 2012.

Pero es que además sucede que los máximos jefes de esas organizaciones, como el que dio la orden final para la operación de secuestro y asesinato de Gilberto Torres, Héctor Buitrago, alias Comandante Martín Llanos y su corte de psicópatas confesos; son individuos cuyo estado de cordura y salud mental, estremecería a cualquier psiquiatra.

Estamos hablando de que el hombre que tenía bajo su mando al Paraestado y ejército paramilitar conocido como las ACC; un individuo que podríamos calificar como una verdadera muestra de ese nuevo líder y militante propio, natural, de infinidad de lugares del mundo donde la muerte se ha reconciliado y engranado con la lógica de nuestro modelo de desarrollo y crecimiento. Un modelo (a fin de cuentas bárbaro) que ha destituido al Sujeto de su centro y le despoja de más y más dimensiones ciudadanas, permite, implica el surgimiento y el triunfo de individuos de esa clase.

Y no es que sólo estemos describiendo al prototipo típico del mafioso o empresario de la guerra. O incluso en un nivel mayor de sofisticación, de una mezcla del Superhombre, básicamente hombre, que aterró al gran Nietzsche más el Hombre Masa que atormentó al Maestro Ortega y Gasset. Un sujeto perturbado, surgido desde el individualismo, que tarde o temprano atacará a bala limpia y desde su lógica aldeana, a todo lo que se oponga a su zafiedad y pragmatismo más vulgar. Describimos una verdadera corriente antimoderna. 


Pero una corriente hecha desde lo patológico. Que recreo, como si tratara de un entorno contaminado, a individuos que elevaron a Credo la idea del hombre que se defiende atacando, que elimina al distinto y trata a la disidencia, desde el poder, como si fuera un asunto de sanidad pública. Que otorga legitimidad sólo a su lectura y parcela de la Realidad, incorporando todos los valores de la eficacia, el sacrificio y la uniformidad; de una sociedad androcentrista, burguesa, etc. Con un discurso extremadamente nacionalista y patriótico.

Desde aquí podemos afirmar que no se trata  sólo de criminales que hayan roto levemente con las prohibiciones que permiten que la sociedad exista. O de sujetos con un simple Síndrome de Hipermasculinidad o un Síndrome de Temeridad Excesiva. No. Estamos hablando de que las cabezas de organizaciones armadas que ejercieron funciones de Estado en distintos territorios, cumplen con todas las condiciones para ser considerados Sociópatas verdaderos.

En el caso de Martín Llanos Comandante de las ACC, los datos disponibles hablan de masacres  y asesinatos con cierto contenido ritual, expresado incluso en una fiebre de limpieza social dirigida hacia la izquierda. De prácticas de canibalismo durante los entrenamientos de tropas. Se considera que Martín Llanos es el responsable directo de algo más de 10 000 muertes y 11 000 refugiados de guerra. Más las víctimas de sus hombres. Y por supuesto las miles y miles de víctimas generadas por el tráfico de drogas hacia Europa y los EE.UU.

En esta época en que estamos es difícil hacer el esfuerzo mental para llegar a visualizar la mente de alguien responsable de 10 000 asesinatos. Tenemos que considerar un posible error de planteamiento muy grave, incluso desde las víctimas: los máximos jefes de las ACC, por citar sólo este ejemplo, que están hace poquísimos meses en la cárcel, están recibiendo un tratamiento jurídico. Estamos tratando con leyes que fueron producto de negociaciones políticas, corrompidas desde dentro, pero políticas a un Asesino en Serie.  Cuando sabemos muy bien que la única manera de proteger a una sociedad de un individuo como éste, que además era una Circular Roja de Interpol, es mantenerle encerrado y medicado toda su vida. 

Y una de las preguntas necesarias es: ¿Qué es exactamente una sociedad capaz de dar a luz sujetos de esta clase? Porque el de Martín Llanos es sólo uno de los casos, es un país con una larguísima historia plagada de asesinos de masas. ¿Qué condicionamientos psicosociales, qué clase de terribles traumas, tiene una sociedad que contempla una especie de tratamiento jurídico político para criminales de esta clase?     

Esta novela, cuenta como Gilberto Torres fue secuestrado y torturado, cómo presenció asesinatos y se le impuso la pena de destierro. Pero también propone empezar a navegar por las mentes de los criminales. Lo hace otorgándole un peso muy grande al imaginario y a ese tremendo impacto pseudomágico que se puede constatar en esas regiones remotas colmadas de leyendas, cuentos de espanto y naturalezas extraordinariamente salvajes.

Y por supuesto hace sus revelaciones, sobre los detalles truculentos, antes desconocidos, de éste y otros intentos de asesinato. Es decir, los resultados de la investigación sobre los hilos que se movieron entre las grandes familias del hampa, los jefes paramilitares, las Fuerzas Armadas y las compañías multinacionales del petróleo en la zona. Se han podido reconstruir los hechos con los que dos grades multinacionales, la colombiana Ecopetrol S.A y la BP pagaron y ordenaron el secuestro y asesinato del exdirigente sindical Gilberto Torres. Lo que por ahora ha significado varios recursos legales impuestos contra el Estado colombiano y contra la BP en una corte norteamericana. 

 

Apartes de la breve intervención del autor de "En el tiempo de la bala y la salamandra" ante los trabajadores petroleros en Cartagena - Colombia.

Tenemos que reflexionar sobre esto: Crimen organizado, sociópatas y capital multinacional, aliados en contra de organizaciones sindicales, en un país con más de 15 000 muertes violentas al año. Son numerosas las preguntas que surgen, o deberían surgir.

Compañeros caídos en la lucha… ¡Presentes!

¿Hasta cuándo?

Hasta siempre…
 


Al llegar a Colombia para presentar “En el tiempo de la bala y la salamandra”, pudimos ver imágenes fugaces, en ocasiones melancólicas, de algunos de los lugares aparecidos en la novela.

Esto fue lo captado por nuestros ojos sobre esos rincones perdidos, presentes en pasajes de esta historia hecha de tragedias y esperanzas...

 


Rascacielos Torre Colpatria, al anochecer desde el cerro de Monserrate.














 
















Museo del Oro. Bogotá - Colombia.














Casa de Manuelita Sáenz. 














La Virgen Negra de la Capilla de Monserrat, Monasterio de Monserrate, Bogotá – Colombia.  














La Virgen Negra de la Capilla de Monserrat, Monasterio de Monserrate, Bogotá – Colombia.  (En la actualidad)











Alcoba del General Simón Bolívar. Casa Museo Quinta de Bolívar, Bogotá – Colombia.   

















Edificio sede de la USO Nacional en la ciudad de Barrancabermeja.  



Laguna Sagrada de Guatavita – Colombia.